martes, 7 de agosto de 2012

NUEVAS TENDENCIAS, VICIOS VIEJOS

Hola a todos.

Imagino que al leer el título ya sabrán acerca de qué vamos a hablar y por lo tanto podré ahorrarme largas introducciones acerca de la muestra “Nuevas Tendencias II” y más específicamente acerca del vergonzoso pedido de donación de la obra como condición previa para participar de la exhibición organizada por el MAMBA con el fin de incrementar su colección. Algunos artistas –según creo muy pocos- se negaron –entre los 100 “invitados”- y por lo tanto fueron excluidos. Luego los artistas se agruparon bajo la denominación de “Artistas Organizados” y cuestionaron la convocatoria, pero expusieron sus obras en la muestra –la donación quedó en suspenso- algo así como un “sí” pero “no”, pero “si”, o como un “Te digo que sí, después cuelgo y te digo que no”.

A mi entender, la opción ética era decir NO y luego fundamentar colectivamente. Eso, creo yo, hubiera sido mucho más contundente. De todas formas el documento de “Artistas Organizados” – www.artistasorganizados.wordpress.com- ya fue firmado por alrededor de 650 artistas.

Varias notas sobre este tema salieron en diversos suplementos culturales, no las leí todas pero hay dos que me interesa destacar; la primera es la columna de Eduardo Villar titulada ¿Resurgirá de las cenizas? en el Suple Ñ del 7 de julio (2012) que vale la pena leer por la historia del museo de papel que el artista Alfred Jaar construyó en la ciudad sueca de Skoghall –donde hasta ese momento no había un museo -para quemarlo al día siguiente, lo cual provocó tal vacío que siete años después la ciudad volvió a convocar a Jaar para construir un museo permanente. Al finalizar su columna Villar dice:

“Ojalá que la reacción de los artistas argentinos que retiraron sus donaciones al MAMBA sirva para que el museo se proponga existir como tal, lo que supone como requisito imprescindible hacerse de los fondos necesarios para adquirir obra y funcionar como corresponde”.

La otra nota digna de mención es la de Claudio Iglesias en el suple RADAR de Página 12 del domingo 1° de julio (2012) titulada “El patrimonio exponencial”, en la cual pone en duda la calidad de una colección basada en donaciones –opinión que comparto-, pero lo más importante de la nota me parece, es el final en el cual, luego de relatar la experiencia del MACRO de Rosario, se pregunta acerca de la forma en la cual remplazar en esa Institución el viejo mecanismo de la donación por otros más formales y adecuados y dice –transcribo-:

“¿Cómo? Como supo hacerlo; rodeándose de expertos, consiguiendo fondos, definiendo objetivos viables. Eso es lo que debería hacer la dirección de todo museo público, si un museo público es algo distinto de un castillo de Transilvania en el que un conde Drácula baja y sube escaleras a gusto, en soledad y con completa indiferencia por lo que piense, haga o sienta el mundo exterior. Pero sería ofender a la figura de Drácula decir que hubiera podido ocurrírsele un proyecto tan descerebrado como el de hacer crecer exponencialmente la colección del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires sobre la base de donaciones de una lista randomizada (e intrínsecamente asamblearia) de un centenar de artistas jóvenes. Cargar los exangües depósitos del museo de sangre joven y simultáneamente sostener políticas vetustas parece ser la clave de una dirección ya histórica que no se define por sus objetivos o sus medios, sino por una desidia crónica parecida a la inmortalidad”

Buenísimo este final no? Lo que no me queda claro es si por un error tipográfico la última palabra terminó siendo “inmortalidad” en lugar de “inmoralidad”, pero supongo que el contexto amerita cualquiera de las dos.

Claudio Iglesias toca un punto neurálgico del problema porque justamente de lo que no se habla y me parece fundamental si estamos discutiendo políticas institucionales –es decir, políticas culturales- es por qué el MAMBA tiene desde hace décadas la misma dirección cuando todas las demás instituciones han cambiado –para bien o para mal- sus autoridades. La señora, instalada allí en su castillo desde tiempos inmemoriales ¿Por qué permanece? ¿Quién la sostiene? Parece bastante claro que no es una cuestión política –si es que hay alguna que no lo sea- porque han pasado diversas administraciones y ella ha sobrevivido a todas; se hace evidente también que no se trata de eficiencia, éxito en la gestión, o capacidad para innovar –el más claro ejemplo es el tema que nos ocupa- y de todas formas la eficiencia no es garantía de permanencia cuando cambia el poder político. Entonces ¿qué tendrá el petiso, perdón…la señora?

¿Será verdadero el rumor de que un poderoso señor de famosa industria automotriz italiana la sostiene allí contra viento y marea? Ya que nos queda claro que no es la política ni la eficiencia en la gestión lo que la resguarda, ¿Será el poder financiero?

¿Tiene alguien la clave de este misterio? ¿Por qué alguien que hace la plancha desde hace muchos años, cobrando un sueldo que no debe ser nada despreciable se perpetúa a pesar de su clara inacción y sus desacertadas políticas institucionales?

Artistas Organizados critica la política institucional, pero nada dice en su documento acerca de la persona que encarna y decide esas políticas, la acepta a medias al participar en la muestra pero no donar. En mi opinión, una acción verdaderamente crítica y efectiva hubiera sido negarse a participar de cualquier forma, negarse a donar y negarse a exponer y luego sacar un documento crítico exigiendo la renovación de las políticas institucionales y la renuncia del conde Drácula. Me parece que un “no” a medias no es lo mismo que una negativa rotunda a formar parte de una farsa que tiende a encubrir el poco interés que se le asigna a la cultura en el presupuesto del Gobierno de la Ciudad y/o la ineficiencia de la señora Directora para conseguir fondos por otros medios. Al aceptar hacer la muestra pero no la donación, los artistas entran en diálogo con una persona que es la encarnación misma de la parálisis y la inacción que afectan desde hace mucho a la institución que dirige.

Si se quiere que algo cambie verdaderamente, a veces debemos estar dispuestos a tomar decisiones radicales; Una negativa completa hubiera generado un movimiento mucho mayor y el nivel de exposición negativa que hubiera recibido la señora la habría dejado más chamuscada que Drácula bajo el sol del mediodía un día de verano.

De todas formas, ante estas reflexiones trasnochadas un amigo me contestó que la señora ya es como un pollo al spiedo; está quemada hasta el culo pero sigue dando vueltas. La pregunta es ¿Cuánto tiempo más resistirá atrincherada en su torre de marfil?

¿Qué poder tendrán los seiscientos cincuenta y cinco artistas que ya firmaron el documento? ¿Y si fueran mil o mil quinientos los que solicitaran la renuncia y la renovación de las políticas?

Quién sabe. Tal vez valga la pena intentarlo.

Hasta la próxima.

El Pato