lunes, 9 de abril de 2012

TODO PARECIDO CON LA REALIDAD ES PURA CASUALIDAD


Desde hace algún tiempo pienso en la posibilidad de escribir un cuento breve en el cual el pequeño mundo de las artes visuales en argentina refleje la lógica de funcionamiento de muchas otras cosas en nuestra sociedad. Pura ficción, por supuesto. Se me ocurrió que podría ser la historia de un prestigioso premio de arte contemporáneo, financiado por alguna empresa importante, que podría ser una petrolera…sí, podría ser una petrolera, sería un premio “empetrolado”…buena metáfora. Pensé también que ese premio debería tener una importante organizadora, una curadora prestigiosa que designaría un jurado multitudinario, nombres conocidos de diversas áreas de la cultura a fin de lograr una mirada más abarcante, más rica, menos comprometida con los mismos nombres de siempre. No sé por qué, -hay cosas que no pueden justificarse conceptualmente- imagino que esa curadora debería tener un apellido con varias vocales, pero todas deberían ser “O”, por lo menos tres… me gusta la sonoridad de esa vocal. El premio sería exhibido en una importante –o más o menos- feria de arte contemporáneo, bueno, una feria de arte a secas, porque sería una feria donde el ochenta y cinco por ciento de la obra en venta sería pintura, y eso no puede ser considerado una feria de arte contemporáneo ¿No? Bueno, como sea, la convocatoria al premio tendría mucho éxito, los artistas comentarían lo importante que es tener un jurado diferente de los habituales, la mayor cantidad de probabilidades de ser seleccionados; al fin se acabarían las roscas y los apadrinados, al fin alguien con ganas de hacer las cosas bien. Los artistas se pondrían a trabajar duro en sus proyectos, con toda la ilusión, como siempre. Por fin un poco de aire fresco! Algo nuevo! La curadora decide que sólo se seleccionarán tres proyectos, pero los artistas no desfallecen, siguen trabajando obstinadamente en sus ideas, confiados en que las mismos pasaran ante los ojos de…al menos…digamos… doce personas. Por fin llega el día límite. Se reciben como mínimo ciento cincuenta proyectos. Por alguna razón inexplicable –o tristemente explicable- esos ciento cincuenta proyectos jamás pasan ante los ojos de los doce jurados, sólo llegan hasta ellos unas pocas decenas, dos decenas para ser más exactos –me gustan los números redondos-. Alguien, seguramente la curadora, ha decidido que tanta democracia es inaceptable, que la mirada de los jurados debe acotarse, ajustarse. Así, el esfuerzo y la ilusión de cientos de artistas quedan descartados de un plumazo…nadie verá sus proyectos. Sobre estas pocas carpetas, elegidas cuidadosamente por la curadora de las tres “O” se seleccionan tres –número repetido-, entre las cuales, inexplicablemente se encuentra un proyecto en el cual figura la mujer de uno de los jurados; el jurado en cuestión se excusa y se retira en el momento en que dicho proyecto se vota…y el proyecto es seleccionado como uno de los ganadores…y así, una vez más, todo queda en familia. El nombre de ese jurado figuraría entonces en la nómina de la primera convocatoria del premio, pero al buscarlo posteriormente, habría desaparecido de dicha nómina, como si nunca hubiera estado allí…

Estuve muy entusiasmado con escribir este relato, pero luego lo pensé mejor y decidí no hacerlo, me pareció muy didáctico y finalmente, las historias con moraleja nunca le han servido a nadie, además, no tiene nada de innovador; es la misma aburrida historia de siempre, y se parece demasiado a la realidad.

Hasta la próxima.

El Pato.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué manera de hacer investigación de pasillo.
Pero, por otro lado, menos mal que alguien la hace.
Nadie en este país arriesga, y menos en un premio privado. O vos arriesgarías?
vos arriesgas en algún momento, Lucas?
Como gestor, artista, dirigente político, docente de arte o lo que sos; Arriesgás?
Si tu respuesta es no, no le pidas a la curadora de las tres O que haga algo que no le corresponde hacer en un contexto donde lo que hay que NO correr son riesgos (Petrobrás ya corre riesgos buscando petróleo).
Lo que si es inadmisible, y ahí coincido con vos, es que el miembro del jurado de marras (y siguiendo con el tono ni siquiera arriesgo un nombre) no se haya excusado directamente. Es parte también de la estrategia tener artistas tan pusilánimes como este hombre? Y su esposa, que se presenta a un concurso donde su marido está de jurado?
Aquí también se puso en juego la ética de los artistas, algo que nadie pone en discusión y que casi nunca se evidencia.
Igual, creo que no se cambia el mecanismo endogámico local en el contexto de ArteBA. La discusión hay que crearla en otros ámbitos donde lo público impere (el caso IUNA artes visuales, Ecunhi, FNA?), porque del lado de lo privado (UTDT, ArteBA, Petrobrás, YPF, etc.) siempre el fin de lucro y la eficiencia están primeros.
Saludos. El Gato Silvestre (también de la WB).