Hola a todos.
Luego de una charla reciente –muy reciente, digamos
de hace unas horas- con un grupo de artistas jóvenes me quedé pensando en
algunos temas que hace rato están dando vueltas, entre ellos y muy especialmente
el tema de la autoría y las discusiones que está generando en el arte
contemporáneo. De hecho hay un debate
pendiente por el conflicto suscitado por el premio del C.C. Haroldo Conti que
le fuera otorgado a Romina Orazi y cuyo
proyecto resultó ser extremada y excesivamente “parecido” al del artista Cyr Kevin. No he tenido oportunidad de hablar
con la artista pero sus defensores afirman que es una militante del movimiento
contra la autoría y los derechos de autor, y que su obra debería leerse desde
esa perspectiva y por lo tanto no podría hablarse de ninguna manera de plagio.
Los que han seguido los debates en Facebook estarán al tanto de toda esta
discusión pero creo que lo que quedó bastante claro es que hay “olvidos” y
“omisiones” por parte de la artista que hacen, como mínimo, sospechar otra
cosa. Si la artista era tan consciente
de la operación que estaba realizando ¿por qué no lo informó previamente al
jurado para que este estuviera al tanto del sentido completo de lo que estaban
evaluando? Y si por otro lado la operación era involucrar y confundir al jurado
en la misma ¿por qué no declararlo abiertamente a posteriori y devolver el
premio ya que no se trataba de un premio a la autoría? Cuándo Romina Orazi cobra en metálico por una
“obra” o por una “idea, ¿quién cobra? Parece que el autor ha muerto pero el Ego del
artista es inmortal. Me enteré hace poco
de que hay un grupo de artistas que trabaja
en esta veta. Digamos que son militantes en contra de la autoría y la
lógica mercantilista del capitalismo…el problema es que se presentan a los
premios y si los ganan, van y cobran. El autor no existe, es una deformación
burguesa; pero el artista sí, y le encanta el dinero. Yo les diría a estos
chicos que tienen que pulir sus métodos para que por debajo de sus estrategias
anticapitalistas y antiautorales no se note demasiado la agitación
incontrolable del Ego y la sed de fama y efectivo. También recordé, en absoluta
consonancia con el tema, las críticas que recibí por mi texto “MILO POCKET POR DOS, ALGUNAS DUDAS Y
REFLEXIONES SOBRE EL PREMIO KLEMM, Y UNA NUEVA CLASE DE GURÚ” que
puede leerse en mi blog. Allí yo
cuestionaba una de las obras premiadas y
otra seleccionada en el premio Klemm del año pasado; la obra seleccionada era
“copia fiel” de una de Maurizio Cattelán
-me han dicho que su “autor” es uno de estos artistas que militan contra
la autoría- y la obra premiada también tenía sorprendentes parecidos con la
obra de un artista extranjero. Lo
importante es que mi crítica recibió una respuesta en la columna de Ana
Battistozzi en la revista Ñ –aclaro nuevamente que conozco a Ana desde hace
muchos años y toda la situación quedó resuelta en los mejores términos- ; si
retomo esta cuestión es porque la nota de AMB titulada “Inquisidores de la originalidad”
era representativa del pensamiento de mucha gente que me ha hecho
observaciones y críticas similares. Justamente, se suponía que tanto yo como
mis “seguidores”,- suponiendo que exista algo como eso- planteábamos una
cuestión anacrónica al reclamarle al artista que al menos citara la fuente ya
que, como todos sabemos, en esta época no tiene sentido hablar de originalidad
–algo que por otro lado yo no reclamaba en mi envío- . Lo paradójico es que a
partir de allí, varias personas, algunas de ellas bastante conocidas y con
cierta cuota de poder plantearon el problema de la validez de mis textos
basándose en el hecho de que están firmados con seudónimo. En muchos casos los reclamos rayaban lo
policíaco. Curiosamente esta gente que defiende la apropiación en las artes
visuales y apoya la disolución de la autoría no tolera textos que no tengan un
“autor” claramente identificable. Allí sí es importante saber “quién habla” y
si es posible, agregar el número de documento.
La obra en las artes visuales puede ser robada, apropiada, intervenida,
firmada con seudónimo o por colectivos de artistas ya que “el autor” y “la originalidad” son ficciones, pero los
textos sobre artes visuales deben tener un “autor” porque si no, es dable
desconfiar de su seriedad. Sería bueno que nos pongamos de acuerdo; si vamos a
disolver al autor hagámoslo bien y si no, no jodamos más con el tema ¿no?
En fin, que el autor es fácil de disolver, pero el
Ego del artista es más duro de matar que
Bruce Willis y si no, basta contar cuántos fueron los que, ante la convocatoria
de la señora Buchelaxo que incluía muestra y donación, dijeron un “no” rotundo
a ambas cosas. ..sólo tres.
Hasta la próxima.
El Pato
2 comentarios:
en mi humilde opinión es una caradura. Proyectar "algo" lleva un tiempo, hacer un dibujo supongo que tambien. Es una total falta de respeto. Y ni hablemos de honestidad, ese es otro punto. De ultima pudo agregar "inspirado en :...". Asi cualquiera es "Gardel". La modificación que realizo al "proyecto" original no se si funcionaría, mecanicamente hablando no tiene la cadena de transmisión, no se si una sola rueda (la delantera) puede soportar todo ese peso. Entonces... A que, en base a que o a quien se le dio el premio a esta persona si la idea no es de ella y mecanicamente no funcionaría ?
Ser "militante" es una categoria artística? La mercantilizaciòn en esta era produce esos monstruos
Demasiados premios (lavado de dinero?, de consciencias culpables? y un largo etc) y demasidos 2specialistas criticones con o sin tìtulo universitario.
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