viernes, 14 de mayo de 2010

¿QUÉ ES EL ARTE?

Hola a todos.

Imagino que muchos habrán pensado que el Pato Lucas estaba muerto y desplumado, pero no, sólo estaba un poco más ocupado y reflexionando acerca de los mismos temas de siempre. Pido disculpas por mi larga ausencia.
Ustedes ya saben que algunos temas me desvelan, temas para los cuales no encuentro respuestas definitivas, algunos amigos me dicen que así debe ser, que es como funcionan las cosas, que hay cosas que no tienen respuesta, y supongo que tienen razón, pero de todas formas yo no puedo dejar de formular algunas preguntas…siempre las mismas, y la que funciona como título de este texto es una de ellas. En su Teoría Estética, T. W. Adorno dice –cito de memoria- que “La obra de arte es hacer algo con medios racionales, que no se sabe qué es”. Me fascina esta definición, que encierra una aparente paradoja, porque el arte es –para mí- una voluntad de dar forma y esa es su parte racional, pero eso a lo que se quiere dar forma, es siempre resistente al sentido, un núcleo duro, que se resiste a la significación definitiva, o mejor aún, un núcleo blando, maleable, al que sólo pueden imprimirse formas provisorias, sujetas a una rápida caducidad y esto, creo, hace que la definición de lo que el arte es, sea siempre huidiza, paradójica.
Es más fácil, supongo, definir el arte por aquello que no es, es decir, es más fácil definirlo negativamente.

1)- El arte no es mercancía, de eso estoy seguro. Algunos artistas creen que vender muchas obras los convierte en mejores artistas; han decidido vivir del arte y esto significa que la obra debe transformarse en un “producto” a insertar en un “mercado”, están felices cuando la demanda va por delante de su producción, repiten obras a pedido; su obra, desde el inicio, es concebida como mercancía. Eso no tiene nada que ver con el arte, esa es la “lógica mercancía”, la lógica del capitalismo. La obra en su génesis, no puede concebirse como mercancía. El arte y la experiencia estética son “lo otro” del capitalismo. En esto, arte y filosofía están emparentados, ninguno de los dos se concibe como mercancía. Esto no significa que la obra no pueda venderse, pero cuando un artista quiere, por sobre cualquier otra consideración, vivir de su obra, tal vez signifique que su obra ya no existe o bien que, paradójicamente, no se haya dado cuenta de que en realidad, siempre vivió del arte, aunque el arte nunca le haya generado dinero. O tal vez, por último, signifique que el dinero es lo único que le interesa, por sobre todas las cosas; deberíamos preguntarnos entonces, qué lugar ocupa el arte entre sus prioridades. Ya mencioné en alguna ocasión que uno de los consejos de León Ferrari es no vivir de la obra sino de otras cosas, para no perder el foco sobre la obra. Creo que León es un ejemplo muy claro de un artista cuya obra no es mercancía –por más que su cotización actual sea altísima-. León jamás pensó en vender…o en ser famoso.


2)- El arte no es inmediatez (irracional). Ya Hegel en su tiempo daba cuenta de la pérdida de la ingenuidad, decía que ya no había nada inmediato en la concepción estética: “El arte es para la reflexión”. Muchos artistas jóvenes parecen desconfiar de la reflexión sobre la obra; ante la pregunta por el sentido de alguna de sus elecciones formales suelen responder: “por que me gusta” o bien “me salió así”, también con respecto a algunos títulos que eligen para sus obras y cuyas múltiples implicaciones de sentido evidentemente no manejan, responden que a ellos no les interesan los títulos, y uno se pregunta entonces ¿para qué ponen títulos a sus obras?. Un amigo, prestigioso docente en la carrera de cine, recibe preguntas como la siguiente de sus jóvenes alumnos. ¿Para qué me sirve la literatura, si yo hago cine? A lo que él contesta: “para nada, la literatura no sirve para nada”, ironía que el alumno por lo general no capta. Mi amigo siempre dice que los jóvenes no quieren esperar cinco o diez años, quieren ser directores ya; y así son las películas que hacen. Volviendo al texto de Adorno acerca de que el arte es “hacer con medios racionales algo que no se sabe qué es”, parece que estos jóvenes artistas creen, por el contrario, que en el arte todo es irracionalidad e inmediatez, o lo que es peor aún, que en el arte todo son anécdotas, pequeñas anécdotas.


3)- El arte no es comunicación. Lo contrario se escucha con frecuencia. Muchos artistas y algún que otro teórico, ante la pregunta, ¿y para vos, qué es el arte? responden muy sueltos de cuerpo “el arte es comunicación”. No muchachos, están equivocados. La publicidad es comunicación, eso es seguro, y si la publicidad es comunicación, el arte, claramente, no puede serlo. En términos generales, la comunicación implica un emisor, un receptor y un código en común a través del cual se transmite el mensaje. ¿Cuál sería el código en común en el arte?
Elena Oliveras en su compilación “ Cuestiones de arte contemporáneo”* dice en la página 126:

“Siguiendo a Adorno, diremos –aunque mucho nos pese- que el arte no es comunicación, que la función del “arte autónomo” (…) es registrar el presente, ser síntoma del espíritu del tiempo, y esto no siempre puede ni debe ser dicho en términos evidentes, explícitos o comprensibles para todos. Una excesiva claridad (el didactismo) desnaturalizaría el mensaje de la obra, anularía lo que le es esencial, su complejidad semántica.
Además, siendo el arte síntoma del tiempo, y si el nuestro es el de la contradicción –a mayor enriquecimiento tecnológico, mayor pobreza o marginalidad- y el de la especialización, que cada vez más dividen a las comunidades de pensadores y científicos ¿cómo pretender que el arte sea para todos?
Precisamente, la mayor dificultad a la que deben enfrentarse hoy las instituciones culturales es, por un lado, comunicar –con la idea de que el arte es para todos- y, por otro, problematizar. En el primer caso se integra, se reconocen las capacidades de unos y de otros, en el segundo se dificulta el contacto, se sorprende y se desconcierta al espectador invitándoselo a ver y a construir un sensorium diferente.”

*Cuestiones de arte contemporáneo” Hacia un nuevo espectador en el siglo XXI.
Elena Oliveras (ed.)
Emecé arte.

Bueno, no necesito agregar mucho más, salvo que podríamos decir que en la obra algo se transmite, pero transmisión y comunicación son dos cosas diferentes; nunca sabemos cabalmente qué es eso que se transmite.


Hasta la próxima.
El Pato Lucas.

6 comentarios:

Diego Cossettini dijo...

Hola Pato! que gusto tenerte nuevamente, y con los mismos temas de siempre. Al fin y al cabo, los grandes temas son siempre los mismos, y no son muchos.
Te mando un saludo!

mazinger dijo...

Hola Pato, soy escultor y docente de arte dedicado fundamentalmente a la enseñanza de dibujo y escultura.
trabajo muchisimo en cada obra siendo cada trabajo un gran esfuerzo. Me siento totalmente representado con tu forma de sentir y pensar que es el arte o dicho de otro modo ¿donde hay arte y donde no...?
para no hacer muy aburrido este mensaje solo quiero comentarte si podes darte una vueltita por el banco ITAU... ahi en cerrito si enfrente al Colón y luego me comentás y comentamos a ver que te parecieron las maravillas expuestas en el Premio a las artes de la sarasasasa... que están en exposición por estos dias.
saludos
M

Anónimo dijo...

anda a la concha de tu madre

Anónimo dijo...

anda a laburar sorete en vez de escribir estas pavadas salame

Anónimo dijo...

tiene rason el de aka arriva ijo de puta, hagarra un libro antes de ponerte a eskivir boludeses

Anónimo dijo...

JAJAAJ el que tendria q agarrar un libro sos vos, por las faltas de ortografia. y si te das cuenta, cita a muchos autores asique falta de lectura no tiene, ignorante!!

muy interesante la publicacion!