Hola amigos. No pensaba volver a escribir tan pronto, pero hay cosas que no se pueden obviar.
La primera es la muy acertada respuesta de Ana Battistozzi a Gabriel Levinas aparecida en la revista Ñ del último sábado -11 de septiembre-. Para los que no lo leyeron, Levinas había escrito el sábado anterior -4 de septiembre- pegándole a los críticos que "no critican" y además a los artistas pendientes de los vaivenes del mercado, y uno podría sentirse tentado a darle la razón a Levinas -y yo muy especialmente- si no fuera porque, como muy bien lo hace notar Ana Battistozzi, Levinas atrasa, y además, él mismo es un operador de mercado, un marchand. Recuerdo una columna escrita por el mismo GL en una Ñ, más o menos para la época en que se llevaba a cabo la última Arte-BA, en la cuál, indignado, se quejaba de que el ruido del Barrio Joven invadía y contaminaba lo que él describía casi como un templo para la contemplación del arte: su stand. La columna era, claro, completamente absurda, pues una feria de arte no es un lugar muy adecuado para la contemplación del arte...no creo que Levinas exija silencio para la contemplación de los tomates y las berenjenas cuando va al supermercado, no? Se notaba que el ruido del Barrio Joven le había espantado a más de un cliente...que se le va a hacer Levinas...es el libre juego de la oferta y la demanda; si no le gustan las ferias, debería dedicarse a otra cosa. Por otro lado, Ana Battistozzi, describe acertadamente la situación contemporánea de la crítica de la siguiente manera:
(...) “Preferiría discutir sobre la naturaleza de la crítica y su función como práctica intelectual en tiempos en tiempos que son claramente distintos de los de Atalaya a quien –Levinas- evoca como modelo. A diferencia de entonces, cuando estaba fuera de discusión lo que era arte y lo que no, hoy “ha llegado a ser evidente que nada referente al arte es evidente”, como observó Adorno en el comienzo de su Teoría Estética, hace ya décadas. La tarea del crítico es bien distinta en consecuencia, entre otras cosas porque enfrenta un objeto, cuya condición artística no está definida de antemano. De ahí que su compromiso sea con el conocimiento y la información en la conciencia de una situación que tiene su correlato en el mercado.” (...)
De más está decir que estoy completamente de acuerdo con este diagnóstico que pone a la crítica, el público en general y también, claro está, a los artistas frente a un gran desafío, pero el problema es, justamente, que la mayoría de los colegas de AMB, que tienen espacio para escribir en los principales medios, no están ni por asomo a la altura de ese desafío, y eso queda demostrado con la cantidad de boberías, banalidades, arbitrariedades, obsecuencias y, en muchos casos, críticas absolutamente retrógradas, basadas en análisis puramente formalistas, que uno lee en los principales suplementos de cultura Crítica, en su etimología, significa “estudio”, “investigación”, está muy claro que alguien que debe escribir una columna semanal tiene poco tiempo para hacer crítica en ese sentido, pero además, la formación y la inteligencia de muchos críticos es bastante limitada. Muchos de ellos no vienen del campo de las artes visuales y sin embargo, han obtenido, quien sabe cómo, el derecho a hacer crítica en los principales medios. Este hecho parece reproducir ese prejuicio, tan extendido entre el público en general, según el cual, sobre lo visual, cualquiera puede opinar. Y este, a mi juicio es el principal motivo de que no pueda leerse casi nada interesante, ningún texto que problematice o que cree un conflicto. Recuerdo que el recientemente fallecido Jorge López Anaya, con quien yo tenía varias e importantes diferencias ideológicas, -de hecho en mi blog hay un par de textos criticándolo- al menos se tomaba la libertad de hablar bastante duramente de muestras y artistas en su columna, y esto generaba resentimiento entre quienes recibían esas críticas. Por lo menos, no hacía una crítica conciliadora, aunque su visión del arte fuera siempre dependiente de las últimas novedades del exterior y su idea de "arte deslimitado" fuera, como ya dije en algún texto, absurda, ya que "arte" es un concepto y no existen conceptos "deslimitados", puesto que dejarían de ser conceptos. Esa idea, sin embargo, mostraría con cierta claridad la encrucijada del arte contemporáneo...un concepto que se disuelve. Un concepto que no tiene límites no es un concepto expandido, es un concepto que ha desaparecido como tal. Me parece importante, remitir a mi blog: www.lucaspato.blogspot.com, específicamente a la entrada. “Lectores entusiastas, función y futuro de la crítica según José Luis Brea y Premio Arcadas Doradas” del 14 de junio de este año. Lean sólo lo que concierne a José Luis Brea, me parece fundamental para esta discusión.
Y ahora, como frutilla de la torta y en perfecta sintonía con lo que venimos hablando –sobre todo en lo referido a las boberías y banalidades- pasamos a comentar la nota de Alicia de Arteaga acerca de la virtuosa alianza entre la Beca Kuitca y la Universidad Di Tella, aparecida el mismo sábado 11 de septiembre en el suple ADN –siempre se me ocurre que este es un ADN bastante contaminado- . Transcribo algunas cositas:
“La beca Kuitca, legitimada como espacio de formación de los artistas argentinos contemporáneos, desembarcó en el edificio de la Universidad Torcuato Di Tella. Una nueva historia comienza.”
¿Cuál nueva historia? ¿No será la misma vieja historia de enseñar a nuestros artistas jóvenes las estrategias para insertarse en el mainstream, haciendo obras a gusto y medida de los coleccionistas e instituciones de los países centrales? Sigamos:
“La selección –de los nuevos becarios- cumple con el objetivo. Artistas con trayectoria, varios de ellos legitimados por el mercado, hasta un
ex -director de museo (Carlos Herrera, del Macro de Rosario) ingresan en el universo del becario Kuitca, algo así como el Dorado del arte. El sueño del pibe”
Lindo este párrafo, no? Arteaga nos muestra aquí, lo importante que es la legitimación del mercado que, como ya sabemos, está conformado por gente con enorme conocimiento de las artes visuales y una muy kantiana “apreciación desinteresada”, además nos enteramos de que existe un “universo del becario Kuitca”, que evidentemente ha de ser un universo cool, con planetas multicolores, muy diferente de los universos grises de otros becarios. Como decía Groucho Marx “Hay otra vida, pero es más cara”. Otro dato importante es que se trata de El Dorado del arte, lo cual me produce una cierta confusión porque, como todos sabemos, El Dorado nunca existió...será una fina ironía de Alicia de Arteaga? ¿Será todo un engaño?
Por último, tenemos que la Beca Kuitca, es el sueño del pibe, el non plus ultra del arte argentino contemporáneo, sólo para unos pocos privilegiados...bueno, esto queda claro cuando nos enteramos de que cada uno de los chicos tendrá su propio taller, ambientado a su manera, donde pasará “12 horas diarias en contacto con los miembros de la tribu”.... Quien sino alguien que no trabaja puede hacer eso?
Otro párrafo.
“El año próximo la Beca cumplirá 20 años y es una buena noticia saber que ha desembarcado en el campus de la Universidad Di Tella, (...) donde funciona el Departamento de Arte dirigido por Inés Katzenstein, bajo la estimulante mirada de Francisco Liemur, decano de Arquitectura”.
“La alegría ( y el orgullo) de los becarios la noche de la apertura –entre pinchos de lomo y tortilla española -tiene mucho que ver con la alianza prodigiosa que supone unir los nombres de Kuitca y Di Tella, como una profecía cumplida".
Qué lástima, me perdí los pinchos de lomo....y además no invitan animales.
Toda esta retórica celebratoria de la “prodigiosa unión de los nombres de Kuitca y Di Tella” ¿no suena más bien a trenza de mercado, beca cool, universidad privada y crítica obsecuente y mercenaria? ¿Por qué aparecen siempre en ADN esta clase de notas que huelen a dólares por todos lados y en las que el arte aparece exclusivamente como una cuestión de éxito y mercado?
Además, ya que de mercado estamos hablando, y para demostrar lo provincianos y obsecuentes que somos inclinándonos ante el gran dios Kuitca, bastaría confrontar la cotización de Guille con la de Jeff Koons, por ejemplo, y veríamos que nuestra deidad máxima, es en realidad una deidad menor y subalterna en el gran país del norte. Pero aquí, seguiremos sobando calcetines de artistas cool que hicieron la América y vienen a ¿formar? nuevas camadas de artistas de exportación. Como quien dice, una cadena de producción.
Ahora...lo de la tortilla española me hace un poco de ruido....
Hasta la próxima
El Pato.
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2 comentarios:
Te felicito por toda tu explicacion me parecio muy real , ya que si no perteneces es como si no existieras , y yo sou de otro ambito pero siempre son las mismas historias si viesen estariamos rodeados de talento !!!
estimado pato lucas: condensás lo que muchos pensamos de esta escena lamentable, donde los artistas visuales van a terminar siendo los conchetos malentretenidos postmenemistas digitados por los artistas-docentes-ausentesenlaeducaciónartísticaestatalperoquemarcantarjetaenladitella de los 90s y avalados por el tilingaje cache ninguneador. saludos y fuerza, carajo.
augusto tershot
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