BOLIVIA TAMBIÉN EXISTE
(Cuando es un buen negocio)
Casi maravillado por la sensibilidad de algunos compatriotas leí la nota publicada en la revista Ñ-nº 180 el sábado 10 de marzo de 2007, titulada “Bolivia también existe”, cuya autora es Mercedes Pérez Bergliaffa, a propósito ¿Quién es Mercedes Pérez Bergliaffa? Bueno, no importa, sigamos. La nota comienza de la siguiente manera:
“Bolivia y sus influencias no son justamente las temáticas más recurrentes dentro del panorama de exhibiciones de Buenos Aires. Y en realidad es difícil encontrar exposiciones que muestren abiertamente el aporte que las culturas de los países limítrofes están haciendo sobre el imaginario local, a través de su actual inmigración en Argentina. Por eso no deja de llamar la atención que en realidad sea el mundo de la moda (aunque de una moda muy creativo, fuertemente ligada a las artes visuales) el que haya percibido esta riqueza primero, y la haya tomado y revalorizado. Parece que los diseñadores de moda locales tomaron la posta y, a pesar del aura de “frivolidad” que generalmente el público teje alrededor de ellos, se hicieron sensibles a algo que principalmente por prejuicios, a la mayor parte del mundo de la plástica le cuesta digerir. Esto ocurre claramente con Bajoflores: homenaje a la comunidad boliviana en argentina, el proyecto y colección del diseñador de indumentaria Martín Churba”.
Hasta aquí vamos relativamente bien, excepto que ya detectamos alguna tendencia a castigar al mundo de la plástica por no sé muy bien qué cosa que le cuesta digerir. A mí me cuesta digerir el cordero patagónico, pero supongo que ese es otro tema. También nuestra amiga Mercedes nos va sugiriendo sutilmente que, tal vez, los diseñadores de moda no son tan frívolos como el público piensa. Ya tenemos dos cuestiones sobre las cuales reflexionar. 1- Un mundo de la plástica con problemas digestivos y 2- Un público prejuicioso que considera “frívolos” a los diseñadores de moda y no puede ver lo sensibles que en realidad son. Bien, sigamos transcribiendo la nota de Mercedes, que continúa así:
“En relación con este proyecto, en su espacio “Vidriera” –la vidriera de la casa matriz de su marca, Tramando, destinada desde el mes pasado a ser intervenida cuatro veces por año por un artista invitado- Churba exhibe actualmente la obra Ya es hora, de la pintora Cynthia Cohen, que está relacionada con Bolivia y con esta colección de ropa específica.
“La obra se relaciona con la colección de Martín Churba a través de la parte pop de la cultura latinoamericana, de lo que llamamos pop latino”, cuenta Cohen. “En este caso respondiendo a la invitación para intervenir la vidriera, elegí junto con Martín una pintura determinada y una serie de objetos que estéticamente se asocian a este tipo de pop, principalmente a través del color. Todo ello junto da la sensación de que una de mis pinturas se volcó a la tercera dimensión. Es como si uno pudiera entrar en uno de mis cuadros caminando”, explica Cohen”.
La cosa se pone jugosa. Nos enteramos que la marca de Churba se llama “Tramando”, concepto coherente con la actividad textil, pero convengamos que también tiene otras connotaciones y uno se pregunta que es lo que trama Martín Churba. La pintora Cynthia Cohen acompaña la sensible iniciativa con una instalación y uno de sus cuadros en el cuál se podría entrar caminando, -según sus propias palabras-. Yo tuve el dudoso placer de ver la muestra de Cynthia Cohen en la galería Daniel Maman el año pasado y personalmente preferiría antes que entrar caminando en uno de sus cuadros, salir corriendo. Cynthia está en condiciones de crear un nuevo estilo, el “Pastiche especulativo”. Seguimos con la nota de Merceditas, saltando algún fragmento banal e innecesario, si es que hay alguno que no lo sea:
(…) ¿Y ya es hora de qué?”Ya es hora de que uno se dé cuenta –responde Cohen- en qué se va la vida”. Y de que la vida cotidiana de la ciudad se la pasa cambiando constantemente , entre otras cosas, por sus nuevos habitantes.
Bien. Una toma de conciencia siempre es positiva. Al fin Cynthia se ha percatado de que uno no puede pasarse la vida de cocktail en cocktail.
Pero sigamos con la nota:
“Bajoflores…nació en un momento en que en Buenos Aires hubo una serie de problemas con los obreros bolivianos clandestinos y la inmigración boliviana de ese barrio. Fue el momento en que se incendio una fábrica textil con obreros bolivianos ilegales. “La situación que se generó entonces nos llamó mucho la atención”, explica Diego Daneri, quien es parte de Tramando. (…)”Además, en nuestro staff de tejedoras hay una chica de Bolivia, quien nos fue introduciendo de a poco en el mundo de los aguayos”. Estos son tejidos artesanales andinos, identificables con Bolivia, originalmente de lana de oveja o de llama y en los que los que los hombres y mujeres de una determinada comunidad telan sus historias, sus símbolos.(…) “Cuando Martín tuvo que diseñar su nueva colección, no dudo en inspirarse en ellos y en quienes realmente están haciendo patente esa influencia a escala local, o sea, los inmigrantes del Bajoflores”, remata.
Colores alegres, texturas y materiales rústicos, naturales, guardas andinas. Las polleras y los sombreros de las “cholas”bolivianas resignificados en la colección de Churba y, a la vez, convirtiéndose en objeto de observación, creación y análisis en el proyecto Vidriera”. Hacen visible una parte del escenario de las calles de Buenos Aires que a veces pareciera, para muchos, invisible. Los proyectos (colección y Vidriera) están realizados en una especie de “traducción”, en una clave determinada, más cosmopolita, lo que permite abrir un espectro nuevo a públicos que no siempre están atentos a las influencias populares.
Aquí hace su aparición otro sensible, Diego Daneri quien junto con Churba debe haberse sentido muy preocupado por la situación de los inmigrantes bolivianos, sobre todo cuando se incendió la fábrica, pero como se trata de gente cool no puede expresar esos sentimientos en exceso, pero nos comunican su preocupación contándonos que esa situación “les llamó mucho la atención”. Luego nos cuenta que en su “staff” de tejedoras tienen una chica boliviana que los ha asesorado – y a quien no dudo que le deben haber aumentado el sueldo por este servicio- introduciéndolos en el mundo de los aguayos, tejidos donde hombres y mujeres del altiplano plasman sus historias y sus símbolos . Lo que me pregunto es ¿Qué historias y qué símbolos transcribirá M. Churba en sus aguayos? ¿O serán signos más que símbolos?, por ejemplo $ o bien U$D, perdón pero no tengo el de “euro” en el teclado.
Quiero apartarme por un instante de la nota de Mercedes Pérez para agregar una información que acerca del mismo tema publicó el diario Perfil el último fin de semana.
Allí se dan algunos precios de las prendas que M. Churba diseño para este “homenaje”.
La chaqueta cuesta $ 450, y una pollera $620 (boli-skirt parece que se llama) Quiere decir que para vestirse de “chola cool” basta con desembolsar unos 1060 pesitos. Pero me estoy olvidando del sombrero, bueno, serán unos 200 pesitos más, una bicoca. Imagino que una parte de la recaudación de este “homenaje” será destinada a alguna asociación de ayuda a la comunidad boliviana, tratándose de tan sensibles diseñadores. ¿No es fantástico que Martín le haya puesto boli-skirt a la pollera? Siguiendo esta lógica y teniendo en cuenta la alusión de Cynthia Cohen al pop, la muestra podría llamarse Boli-Pop.
El espacio “Tramando”, del sensible Churba se encuentra en Rodríguez Peña 1973, que no es precisamente bajo flores, pero sí un barrio muy frecuentado por la comunidad boliviana, cuando van a sus trabajos de albañil, o de servicio doméstico en las casas de las señoras que muy pronto se disfrazarán de cholas fashion.
Ahora sí, transcribo el final de la nota de Mercedes, que nos tiene reservado un buen bocado, y también un chivo –bueno, toda la nota es un chivo-:
“Todas las piezas de la colección Bajoflores: homenaje a la comunidad boliviana en Argentina se venden en la casa matriz de Churba, el mismo lugar donde, en su vidriera, expone Cynthia Cohen. Una especie de museo de la calle vivo, recreado de manera sofisticada. A fin de cuentas, a la hora del trabajo del “ojo cazador” –o sea, el momento previo al que un artista piensa y crea una obra- pareciera que es en el diseño en donde la realidad más real encuentra un eco, antes que en el mundo de las artes plásticas en sentido estricto. Como si el ojo que camina fuera, a veces, más receptivo. Quizás desde una cierta funcionalidad, el desarme de ciertos tabúes fuera más fácil”.
Al fin Mercedes mostró la hilacha del todo,- ya que de tejidos hablamos-. No quiero ser insistente pero con esto volvemos a mi viejo tema de que todo es mercancía, y aquello que no lo es, no tiene sentido, casi no tiene derecho a la existencia, exactamente como las “artes plásticas en sentido estricto” que para Merceditas no son funcionales al sistema, como lo es ella, obviamente, a quien espero, por lo menos le hayan regalado una boli-skirt por el trabajo de promoción de tan maravilloso y sensible homenaje. Merceditas ensalza el diseño y quiere acabar con las artes plásticas, que no sirven para nada, igual que la filosofía, por ejemplo, que no sirve para nada, excepto para pensar, pero ¿quién quiere pensar en esta época?
Gracias Mercedes por avisarnos que tenemos que dejarnos de joder y entregar el rosquete de una vez por todas. Es más, ya dejo de escribir y salgo corriendo al local del sensible Churba a comprarme alguna boli-prenda, antes de que se agoten.
Saludos.
El pato Lucas
martes, 1 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
jajjaja sos un idolo me encantaría colaborar con vos, mi blog es Museo de Artistas te dejo una de mis cuentas dmentelimona_da@yahoo.com
no podía escribirte a ninguna otra cuenta por favor te pido borres el post
Publicar un comentario